lunes, 31 de octubre de 2016

De las “pseudociencias” médicas a las educativas

En el sistema público de salud priman las evidencias científicas, en educación no ocurre lo mismo/ Por Sgerbic - Obra do próprio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=19328996
Las terapias médicas no basadas en evidencias científicas son rechazadas con contundencia cuando alguien intenta darles difusión en espacios del sistema de salud público. El Hospital General de Elche suspendió una ponencia de “Bioneuroemoción” en fecha reciente, tras las reacciones de dos colectivos y un grupo de Facebook que se manifestaron en contra del evento. Cuando se trata del sistema educativo, no es frecuente encontrarse con agrupaciones que rechacen las propuestas “alternativas” no basadas en evidencias científicas, por el contrario, a veces cuentan con el impulso de diversos actores sociales e incluso con una difusión mediática que no pone en cuestión estas prácticas.

No está tan extendido el hecho de que en educación se puede funcionar de forma científica y un reflejo de ello es lo poco que se cita en prensa a este tipo de fuentes, algo que no pasa con la medicina, cuyos avances e investigaciones se publican con frecuencia. Hay temas recurrentes en los medios españoles como el fracaso escolar, la violencia en las aulas o la relación entre el nivel socioeconómico de las familias y los resultados académicos del alumnado, que cuentan con investigaciones avaladas por la Comunidad Científica, pero gran parte de la opinión pública las desconoce porque todavía hay un largo camino por recorrer para democratizar esa información. Sin embargo, hay lugares donde se están dando pasos para cambiar esta situación.

Se oye mucho hablar de lo bien que va la educación en comunidades como el País Vasco, donde la tasa de fracaso escolar para 2014 fue de 7,2%, por debajo de la media de la Unión Europea 11,11%, y muy alejada de la de España 21,9%. En el Plan de Mejora del Sistema Educativo del País Vasco, publicado en marzo de 2016, se destaca que “los estudios, investigaciones, e informes con evidencias científicas son una referencia inexcusable para que los sistemas educativos sigan avanzando en calidad y equidad”. También fue el País Vasco la primera autonomía que creó una normativa, en 1997, sobre las Comunidades de Aprendizaje, una forma de organización inclusiva de las aulas y los centros escolares basada en evidencias científicas.

Las terapias médicas alternativas son una opción que está al alcance de cualquier persona siempre y cuando las busque fuera del sistema de salud pública, una situación que no tiene una respuesta similar en la educación. Julián Rodriguez denunció que su hijo Mario murió en julio de 2014 luego de abandonar el tratamiento para la leucemia que recibía en un centro público, para optar por una pseudoterapia que le costó a la familia alrededor de 4.000 euros. En el caso de la educación, optar por un modelo basado en evidencias científicas o por otro basado en ocurrencias, como señala el catedrático Ramón Flecha, está vinculado a una mayor inclusión o exclusión laboral y social, con especial énfasis en grupos vulnerables como las mujeres, los jóvenes, las personas migradas, las minorías culturales y las personas con discapacidad. 

 Se podría pensar que no es para tanto, que en las escuelas debe trabajarse “como toda la vida”, como en aquella sociedad industrial que quedó en el pasado y no volverá. También se podría plantear que con un cambio de metodología en las aulas es suficiente para resolver el problema, pero lo que indican las investigaciones es que en la actual sociedad de la información los centros deben organizarse de otra manera: como espacios de interacciones y diálogo, colaboración y ayuda mutua entre toda la comunidad, con la participación educativa, decisoria y evaluativa de las familias. Aún queda por ver qué tendrá más peso en el futuro de la educación pública, si las propuestas “alternativas” basadas en ocurrencias o las investigaciones basadas en evidencias, si se potenciará el camino de la pseudoeducación o el de una educación con perspectiva científica como en el País Vasco. 

2 comentarios:

  1. Me ha encantado leer este texto. Hace tiempo que me pregunto por qué en la Comunidad Valenciana no se avanza en este aspecto.

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  2. Luis, gracias por tu comentario. En el País Vasco tienen un modelo educativo que incorpora las recomendaciones internacionales y europeas sobre el tema educativo. Es un plan que fue pensado a 20 años, desde el 2000 hasta el 2020, al que se le van incorporando mejoras según avanzan las investigaciones y se actualizan normativas. Tienen claro que lo importante es garantizar el éxito escolar, la mejora de la convivencia, la participación de la comunidad educativa, el plurilingüismo, la formación del profesorado y la inclusión educativa. No importa quien haya gobernado desde entonces, apuestan por la excelencia educativa y no cambian de modelo con cada gobierno, probablemente ahí radica la gran diferencia.

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