miércoles, 15 de junio de 2016

Hoy se puede aprender sin libros de texto ¿por qué insisten en mantenerlos?

Es posible trabajar en el aula con el Aprendizaje Basado en Proyectos con la actual legislación educativa.

Una tarde encontré a mi sobrina estudiando el aparato circulatorio para un examen. Cursa tercero de primaria y la única herramienta que tenía era el libro de texto. Me pidió que le hiciera preguntas mientras ella respondía los conceptos como una lorita. Recordé mis tiempos de estudiante en la escuela y me sorprendí de que siguiera los mismo patrones de estudio de mi época, los años ochenta, cuando el modelo de desarrollo de la sociedad aún era industrial y el aprendizaje memorístico primaba. Me sorprendí porque el modelo de desarrollo de la sociedad actual es informacional, pero aún muchos centros educativos no han asumido que los tiempos han cambiado.

Ahora muchas y muchos de vosotros os sorprenderéis si os digo que con la actual legislación educativa es posible que tanto los y las docentes como los centros trabajen sin libro de texto. Sí, lo afirmo con todas sus consecuencias, de hecho, hay centros como el “Montserrat” de Cataluña que trabajan sin libros de texto. En el caso de la Comunidad Valenciana, solo basta hacer clic en el documento de concreción curricular y acceder a los diferentes documentos puente de cada una de las asignaturas tanto de la educación primaria como de secundaria.

Vale, solo he mostrado enlaces que por sí mismos carecen de sentido, pero cuando ingresáis a los documentos puente de cada asignatura, os indican los contenidos a trabajar, los criterios de evaluación donde se marcan los objetivos, los indicadores de logro que expresan lo que sabrá hacer cada alumno y cada alumna cuando trabajéis esos contenidos  y las competencias clave: “aquellas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personal, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo”. Es decir, los y las docentes tienen la libertad de construir su propio sistema de aprendizaje, el que mejor se adapte a la realidad y al contexto del alumnado.

Las competencias clave y la concreción curricular desarrollan la configuración del currículo planteado en la LOE de 2006, y la Recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo de 2006 sobre este tema. Es decir, las competencias clave son normativa europea, se han incorporado tanto a nuestra legislación educativa como a la del resto de países de la Unión, por eso, así como la LOMCE no derogó a la LOE, si se aprueba una nueva Ley Educativa, deberá mantener los criterios normativos  europeístas de las anteriores. Hablar de derogación, en este sentido, es faltar a la verdad y hacer falsas promesas.

Y todo esto tiene que ver con los libros de texto. Quien los use en su aula o en su centro como fuente central del aprendizaje puede ser por alguna de estas razones: 1) desconoce la existencia de la concreción curricular de la Comunidad Valenciana que permite diseñar las estrategias de aprendizaje en Unidades Didácticas Integradas, 2) tiene alguna idea de la concreción curricular pero no ha tenido acceso a la fuente primaria o a cursos de formación sobre cómo funciona, 3) no le interesa nada que tenga que ver con aplicar un aspecto de una Ley planteada por el Partido Popular, por temas estrictamente políticos, 4) sabe en qué consiste pero no puede permitirse trabajar de forma aislada en su centro. Seguro que hay más razones, pero estas las he escuchado hablando con docentes.

Detrás de la formulación de esta política educativa está el trabajo que durante años ha desarrollado el equipo del proyecto Atlántida y que ha trabajado en la concreción curricular de cada Comunidad Autónoma propuestas similares a la didáctica aplicada en el resto de países de Europa, principalmente aquellos que tanta admiración producen en España como Finlandia o Suecia. Esto no significa que ese trabajo no pueda ser mejorado, pero lo primero que debemos hacer antes de pronunciar un “no”, es ir a las fuentes, documentarnos y luego debatir, para que no dictemos sentencias sin tener ni idea de qué es lo que cuestionamos.

Lo más curioso es que hoy la continuidad de la formación y el acceso de todas y todos los docentes a la concreción curricular y los documentos puente han sido apartados por el actual Gobierno autonómico valenciano del PSOE/Compromis, quienes, al parecer, han pensado más en las diferencias políticas que en políticas que mejoren la calidad de la educación en nuestro territorio. Eso mismo que antes pasó con el Partido Popular, que se negó a debatir sobre la primacía de la educación pública, laica e inclusiva, sobre la privada-concertada, religiosa y segregada por sexos. 

Por el contrario, en fecha reciente el Gobierno autonómico ha publicado una normativa que regula los libros de texto y material curricular, pensada más para otra época donde los libros de texto eran centrales para el aprendizaje de niños y niñas, donde las editoriales decidían lo que debía aprenderse en el aula, no para esta época en que lo más importante es buscar, seleccionar, comprender y producir información nueva, porque contamos con los recursos para hacerlo, para plantear una educación crítica donde la construcción del conocimiento sea un hecho colectivo y no el aprendizaje memorístico de conceptos planteados por un autor o autora.

Si uno lleva lo planteado por la concreción curricular en los documentos puente de la Comunidad Valenciana para diseñar estrategias de aprendizaje en el aula, la mejor manera es crear tareas o productos finales a través del aprendizaje basado en proyectos. Os pongo un ejemplo: “Elaborar un menú” en cualquier curso de primaria o secundaria. Para elaborar un menú tenemos que trabajar lengua al realizar un manual de instrucciones y una receta, ciencias naturales porque trabajamos directamente con los alimentos y su utilidad para que nuestra alimentación sea equilibrada, matemáticas porque los niños y niñas calculan pesos y medidas, inglés para familiarizarnos con el lenguaje cotidiano de la cocina y traducir nuestros manuales, por solo mencionar algunas asignaturas, aunque pueden incorporarse otras; pero además podemos hacer una serie de movimientos tanto dentro como fuera del aula: que una cocinera o cocinero real les dé una charla sobre su trabajo, que las/os cocineras/os del centro muestren cómo elaboran la comida, que las familias ayuden en las propuestas y que luego tenga impacto social: que esos menús saludables se preparen en el comedor escolar porque tienen utilidad para el mundo real. 

La otra característica que tienen las tareas y los proyectos es que están conformados por actividades que deben ser completas, diversas e inclusivas, sin excluir a nadie del aula, potenciando el aprendizaje cooperativo y/o dialógico a través de Grupos Interactivos. Lo relevante es que todo lo que se hace no es una actividad extraescolar, forma parte del aprendizaje curricular del alumnado. Tareas y/o proyectos de este tipo son posibles con la actual concreción curricular de la Comunidad Valenciana. Espero que mi sobrina tenga la oportunidad de aprender sin libros de texto en los próximos años, que las y los docentes empiecen a trabajar de forma colectiva, como un equipo, para ofrecer la mejor educación a nuestros niños y niñas, que nuestros políticos y políticas entiendan que la educación debe ser un proyecto de Estado y no su particular proyecto de alternancia política.

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