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| Josep Menéndez al salir de la conferencia sobre Horitzó 2020, a la que asistieron 200 docentes de La Vega Baja |
El modelo educativo de
Jesuïtes Educació de Cataluña plantea un cambio cultural en el que prima el aprender haciendo. En una semana de trabajo en el aula, el 60% del tiempo se dedica al Aprendizaje Basado en Proyectos, el 30% a asignaturas específicas y al trabajo de especialistas; y el 10% a una labor de reflexión entre el profesorado y el alumnado. Han implementado el proyecto
Horitzó 2020 en sus ocho centros, tanto para la etapa de infantil como para el alumnado que cursa desde quinto de primaria hasta tercero de la ESO. Los espacios son un elemento más del aprendizaje con aulas amplias cuyas paredes y suelo están pintados de colores vivos, en las que un promedio de 60 alumnos aprenden en grupo con la guía de tres docentes que trabajan en equipo para orientar, dinamizar y guiar ese aprendizaje. Josep Menéndez (Barcelona, 1956) es director Adjunto de Jesuïtes Educació y cree que formar parte de este proyecto de transformación de la escuela le permite parecerse al profesor que siempre soñó tener cuando era niño.
Pregunta: ¿Es el docente que le hubiera gustado tener cuando era estudiante?
Respuesta: Eso intento, es más, creo que el sueño de maestros y maestras es que las personas crezcan, aprendan, tiren para adelante, vivan, luchen por sus sueños, adquieran conocimientos y competencias. Que interpelen, se relacionen, interactúen. La escuela está sobresaturada y el modelo agotado, por eso decidimos dar este paso.
P: Parece complicado...
R: Es un proceso muy dinámico y de constante imperfección y revisión. Yo creo que el cambio es posible y que no debemos esperar a que todo esté ligado, a que sea perfecto. Cada centro, cada institución tiene su acento educativo, su identidad y aunque no creo que exista un modelo único, pienso que nuestro proyecto es universalizable.
P: El trabajo por competencias es normativa europea y desde la LOE forma parte del currículo para primaria y secundaria en España. ¿Habéis conseguido hacer realidad el trabajo por competencias en las aulas?
R: Nos dimos cuenta que para poder trabajar de forma competencial, saber hacer y aprender haciendo, era necesario cambiar el rol del docente, poner al alumno en el centro del aprendizaje, permitir la participación de las familias, incorporar las herramientas digitales, integrar la educación no formal, trabajar con metodologías activas, transformar los espacios y modificar la evaluación.
P: Siempre se habla de cambiar el rol del docente...
R: Es lo que hacemos. Entendemos la docencia como una labor colectiva, compartida, colaborativa. Esto implica formarnos para tener una nueva mirada que nos haga desaprender para reaprender y revisar nuestros marcos mentales, que seamos capaces de generar un cambio cultural en nuestra práctica. Hablo de docentes que trabajan en equipo para preparar proyectos, dinamizarlos y evaluar.
P: Con la evaluación poca gente está conforme...
R: También la planteamos de forma competencial. Es decir, hay competencias más académicas y otras más vinculadas a las habilidades sociales, expresiones culturales, aprender a aprender, pues, lo que hacemos es evaluar tanto unas como otras y te puedes encontrar con niñas y niños con excelentes resultados académicos que necesitan ser reforzados en las habilidades sociales, por ejemplo.
P: ¿Y los exámenes?
R: Se eliminan como evaluación final del aprendizaje, pero se puede realizar alguno, si hace falta, como parte de la evaluación continua, formativa. No son el centro de nuestras evaluaciones ni mucho menos porque para ello el alumnado desarrolla proyectos en los que elabora un producto final. La evaluación es un proceso continuo y múltiple, no un examen memorístico.
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| Josep Menéndez junto al equipo del Cefire de Orihuela. En el centro, Susana Miralles, directora del Cefire. |
P: Sus aulas llaman la atención: espacios abiertos, coloridos...
R: Es que los lugares también enseñan, son muy importantes.
Un estudio de la Universidad de Salford evidencia que un 20% de la adquisición del aprendizaje del alumnado depende de los espacios. A la hora de diseñar y construir los centros se han menospreciado los espacios internos y externos, hay algunas escuelas en mitad de un terreno natural que parecen fortalezas, rechazan el entorno. En nuestro caso, decidimos apostar por la creatividad y la valentía, tiramos tabiques para hacer aulas más amplias y preguntamos a los 13.000 alumnos de nuestros ocho centros cómo les gustaría que fueran sus aulas y pidieron lugares coloridos, abiertos. El resultado es que convertimos las aulas y los centros en lugares acogedores donde provoca aprender, con sofás, con puff, con sillas cómodas y mesas con ruedas. En el caso de infantil, hemos instalado un tobogán dentro del aula en uno de los centros.
P: Suena costoso...
R: Hemos reorganizado los recursos, no es mucho más caro pintar de un solo color las paredes que de muchos colores y lo mismo pasa con el mobiliario.
P: ¿Y cómo se conecta el entorno del centro al aprendizaje?
R: Por un lado está la participación de las familias y el trabajo con proyectos que se vinculan a la realidad cercana del alumnado. Por otro lado, asumimos que el aula no es el único espacio formativo, porque desde el siglo XIX, especialmente, hemos tenido una visión industrial de las aulas, de control, de seguridad, de estar metidos en una habitación para aprender. Si asumimos que se aprende en todos los espacios, que los pasillos enseñan y los patios también, entonces mantenemos la integridad de nuestro proyecto educativo.
P: ¿Piensan registrar la experiencia de forma académica, como un modelo?
R: Aún estamos con el proyecto piloto que tiene una duración de dos años. En marzo de 2017 se publicará un estudio que cuenta con la evaluación externa que están realizando un equipo de la Universidad Ramón Llull, otro de la Universidad de Barcelona y un tercer grupo del centro de investigación FLACSO de América Latina. Queremos tener diversas miradas sobre un tema del que no hay tradición de investigación, como es el impacto que tienen este tipo de propuestas en la creatividad y en la autonomía e iniciativa personal de las y los discentes.
P: ¿Qué debilidades encuentra en el proyecto Horitzó 2020?
R: Todas las que quieras. Por ejemplo, trabajar en entornos donde algunas personas no tienen confianza total en los resultados, porque debes mover a las personas de sus zonas de confort y muchas no quieren hacerlo. Otro aspecto es que hay quienes tienen permanentes sospechas de que esto es puro marketing y que solo se puede hacer porque somos jesuitas. Hay también quienes creen que para qué vamos a cambiar nuestras escuelas si están llenas y funcionan, entonces para qué cambiarlo. Hay mucha debilidad, falta de coraje, de valentía, de ponerse uno en riesgo, de soportar la presión que significa trabajar con seres humanos.
P: El temor al fracaso...
R: Es que los errores y los fracasos te los vas a encontrar siempre y a lo largo de la vida, hay mucho más miedo al fracaso que valentía y eso se expresa en las propias evaluaciones del alumnado, se suele condenar el error por no utilizarlo como fuente de aprendizaje, pues, lo mismo pasa con los procesos de cambio.
P: ¿Y las fortalezas?
R: La primera es la conexión del alumnado con el aprendizaje, educar es conectar, es hacer activar el wifi. La segunda es el empoderamiento del alumno en su proceso de aprendizaje, se sienten protagonistas del conocimiento, no meros receptores. Otro factor es el propio redescubrimiento de la profesión docente, impartir menos clases magistrales no es un asunto de perder más o menos poder, porque me siento más útil cuando acompaño, sigo, observo y reflexiono con alumnos y alumnas y con el resto del equipo, allí hay una fortaleza muy fuerte. La cuarta es la demostración de que es posible. No somos los únicos que lo hemos probado ni mucho menos, pero quizá el hecho de que seamos jesuitas hace que tenga más trascendencia, por la influencia que hemos tenido en los sistemas educativos desde los siglos XVI y XVII. En el fondo, para nosotros es:" dejemos ya de lamentarnos y vamos a recuperar el sentido de las escuelas".